Capítulo 5

  DISCURRID por las plazas de Jerusalem, y mirad ahora, y sabed, y buscad en sus plazas si halláis hombre, si hay alguno que haga juicio, que busque verdad; y yo la perdonaré.  

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  Y si dijeren: Vive Jehová; por tanto jurarán mentira.  

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  Oh Jehová, ¿no miran tus ojos á la verdad? Azotástelos, y no les dolió; consumístelos, y no quisieron recibir corrección; endurecieron sus rostros más que la piedra, no quisieron tornarse.  

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  Yo empero dije: Por cierto ellos son pobres, enloquecido han, pues no conocen el camino de Jehová, el juicio de su Dios.  

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  Irme he á los grandes, y hablaréles; porque ellos conocen el camino de Jehová, el juicio de su Dios. Ciertamente ellos también quebraron el yugo, rompieron las coyundas.  

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  Por tanto, león del monte los herirá, destruirálos lobo del desierto, tigre acechará sobre sus ciudades; cualquiera que de ellas saliere, será arrebatado: porque sus rebeliones se han multiplicado, hanse aumentado sus deslealtades.  

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  ¿Cómo te he de perdonar por esto? Sus hijos me dejaron, y juraron por lo que no es Dios. Saciélos, y adulteraron, y en casa de ramera se juntaron en compañías.  

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  Como caballos bien hartos fueron á la mañana, cada cual relinchaba á la mujer de su prójimo.  

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  ¿No había de hacer visitación sobre esto? dijo Jehová. De una gente como ésta ¿no se había de vengar mi alma?  

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  Escalad sus muros, y destruid; mas no hagáis consumación: quitad las almenas de sus muros, porque no son de Jehová.  

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  Porque resueltamente se rebelaron contra mí la casa de Israel y la casa de Judá, dice Jehová.  

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  Negaron á Jehová, y dijeron: El no es, y no vendrá mal sobre nosotros, ni veremos cuchillo ni hambre;  

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  Antes los profetas serán como viento, y no hay en ellos palabra; así se hará á ellos.  

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  Por tanto, así ha dicho Jehová Dios de los ejércitos: Porque hablasteis esta palabra, he aquí yo pongo en tu boca mis palabras por fuego, y á este pueblo por leños, y los consumirá.  

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  He aquí yo traigo sobre vosotros gente de lejos, oh casa de Israel, dice Jehová; gente robusta, gente antigua, gente cuya lengua ignorarás, y no entenderás lo que hablare.  

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  Su aljaba como sepulcro abierto, todos valientes.  

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  Y comerá tu mies y tu pan, que habían de comer tus hijos y tus hijas; comerá tus ovejas y tus vacas, comerá tus viñas y tus higueras; y tus ciudades fuertes en que tú confías, tornará en nada á cuchillo.  

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  Empero en aquellos días, dice Jehová, no os acabaré del todo.  

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  Y será que cuando dijereis: ¿Por qué hizo Jehová el Dios nuestro con nosotros todas estas cosas? entonces les dirás: De la manera que me dejasteis á mí, y servisteis á dioses ajenos en vuestra tierra así serviréis á extraños en tierra ajena.  

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  Denunciad esto en la casa de Jacob, y haced que esto se oiga en Judá, diciendo:  

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  Oid ahora esto, pueblo necio y sin corazón, que tienen ojos y no ven, que tienen oídos y no oyen:  

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  ¿A mí no temeréis? dice Jehová; ¿no os amedrentaréis á mi presencia, que al mar por ordenación eterna, la cual no quebrantará, puse arena por término? Se levantarán tempestades, mas no prevalecerán; bramarán sus ondas, mas no lo pasarán.  

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  Empero este pueblo tiene corazón falso y rebelde; tornáronse y fuéronse.  

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  Y no dijeron en su corazón: Temamos ahora á Jehová Dios nuestro, que da lluvia temprana y tardía en su tiempo; los tiempos establecidos de la siega nos guarda.  

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  Vuestras iniquidades han estorbado estas cosas; y vuestros pecados apartaron de vosotros el bien.  

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  Porque fueron hallados en mi pueblo impíos; acechaban como quien pone lazos; pusieron trampa para tomar hombres.  

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  Como jaula llena de pájaros, así están sus casas llenas de engaño: así se hicieron grandes y ricos.  

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  Engordaron y pusiéronse lustrosos, y sobrepujaron los hechos del malo: no juzgaron la causa, la causa del huérfano; con todo hiciéronse prósperos, y la causa de los pobres no juzgaron.  

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  ¿No tengo de visitar sobre esto? dice Jehová; ¿y de tal gente no se vengará mi alma?  

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  Cosa espantosa y fea es hecha en la tierra:  

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  Los profetas profetizaron mentira, y los sacerdotes dirigían por manos de ellos; y mi pueblo así lo quiso. ¿Qué pues haréis á su fin?  

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